La conquista de Niebla en 660 H/1262 d.n.e. por el rey Alfonso X (1252-1284)
puso fin a los cinco siglos y medio de Historia andalusí de dicha ciudad, largo período
iniciado desde su sumisión por `Abd al-
c
Aziz b. Milsá en 94/713, al comienzo de
la irrupción islámica en la Península Ibérica. Se trata, por lo tanto, de un episodio
de gran relevancia en el devenir histórico de esta localidad, que ya desde época visigoda
fue el principal núcleo urbano del territorio onubense, condición que mantuvo durante
toda la Edad Media. En efecto, si entre las dos fechas citadas Niebla fue la capital
de una de las coras más importantes del Occidente de al-Andalus, tras la conquista
castellana siguió manteniendo el mismo papel, ahora como el mayor de los concejos
de realengo de la zona más occidental de la actual Andalucía.
El propósito de este artículo es el de presentar un estudio global y específico
de ese hecho histórico, partiendo del análisis de las circunstancias geopolíticas en
las que se produjo y tomando como base el conjunto de informaciones que aportan
al respecto las distintas fuentes, castellanas y árabes, cronísticas y documentales.
Aunque dedicamos el primer apartado a los aspectos relacionados con dichas fuentes,
podemos adelantar que, dentro del conjunto de informaciones que las mismas
suministran, hay ciertos detalles o aspectos que no coinciden, lo que obliga a realizar
un detenido contraste de todos los datos para poder interpretar los hechos. Así pues,
uno de nuestros propósitos ha sido el de mostrar esas divergencias, tratando de señalar
las diferentes opciones que al hilo de ellas se suscitan. Asimismo, incluimos el manejo
de cierta información procedente de fuentes árabes que, hasta el momento, no había
sido tomada en consideración en trabajos precedentes, tanto en los específicamente
dedicados a la Niebla islámica
1
como en otros en los que se aborda la política de
Alfonso X, algunos de los cuales serán citados a lo largo del presente trabajo. Bien
es cierto que no se trata de testimonios decisivos, en el sentido de que cambien por
completo nuestra perspectiva de los hechos o proporcionen datos muy novedosos,
pero desde luego su aportación debe ser tenida en cuenta a la hora de abordar un
tratamiento global de la cuestión.