El gran peligro presente, el peligro sin nombre que ha venido a reemplazar
al comunismo, estriba en el riesgo de que la gran potencia mundial, de la que depende
el mantenimiento de la paz y el sostenimiento de los principios liberales democraticos,
abandone sus responsabilidades y permita que el orden internacional, que ella misma ha
creado y sostiene, se desintegre. La década de los 90 fue una década de oportunidades
perdidas para la politica exterior estadounidense ; algo imperdonable, si recordamos,
como nos enseña la historia, que diez años es el tiempo que necesitó Hitler para convertirse en una letal amenaza para el resto del mundo. Liderazgo, cambio de régimen,
inspiracion en las politicas que posibilitaron nuestra victoria en la Guerra Fria…nos
hallamos ante los ingredientes de la receta en la que se basa la actual politica exterior
de la Administracion Bush, ya claramente delineada en el año 2000, por dos de las principales
fi guras del pensamiento neoconservador estadounidense.
The great present danger, the nameless danger that has replaced communism is
that the United States, the world’s dominant power on whom the maintenance of international
peace and the support of liberal principles depends, will shrink its responsibilities and allow
that the international order that it created and sustains to collapse. The 1990s were a squandered
decade for the American foreign policy; something regrettable if one recalls that 10
years is the time Hitler needed to become a lethal threat for the world. Leadership, regime
change and inspiration on the tenets that guided American foreign policy through the most
successful phases of the Cold war…those are the ingredients of the recipe on which the
current foreign policy of the Bush administration is based as already designed in 2000 by two
of the most infl uential neoconservative thinkers.