El artículo plantea una reflexión acerca de la relación existente entre las visiones que tenemos de los Otros (marginados, miñonas, excluidos,...) y una determinada concepción de desarrollo. Se considera la utilidad de la educación intercultural no sólo a la hora de ahordar los conflictos culturales, de luchar contra el racismo o el etnocentrismo, sino como una herramienta para poder enfrentarnos a la homoge-neización, entendida ésta tanto en términos culturales, como ideológicos o económicos. La alternativa '"única", ésa que nos impone un determinado sistema socioeconómico y su correspondiente modelo de desarrollo, sólo estigmatízalas diferencias al convertirlas en desigualdades, impidiéndonos una concepción más enriquecedora de aquéllas. La educación intercultural nos puede ayudar a cuestionarnos nuestra visión de los Otros, en definitiva, a nosotros mismos, y con ello, a cuestionarnos todo el entramado de falsas racionalidades, esencialismos, intereses soterrados e inseguridades que sustentan nuestra cultura.
This article presents a reflection on the existing relationship betwen the vision we have of the Others (dropouts, minorities, outcasts... )and a particular conception of development. Intercultural Education is considered useful not only as a way of tackling cultural conflicts (fighting racism or ethnocentrism), but also as a tool to confront homogeneization; this concept should be understood in cultural terms as well as ideologic or economic ones. There is a "unique" alternative, that which imposes on us a particular socioeconomic system and it corresponding model of development. It only stigmatizes the differences since they are transformed into inequalities. As a result, they prevent us from reaching a richer conceopt of those differences. Intercultural Education can help us to question our visions of the Others and, in short, of ourselves. Therefore, they help us to question the whole framework of false rationalities, essential ims, concealed interest and insecurities that sustain our culture.