El ingreso de una persona en prisión origina un impacto en la
misma, motivado por el alejamiento del ámbito socio‐familiar en el que ha
vivido, el desconocimiento del medio penitenciario y el modo de vida
dentro de la prisión, impacto que se incrementa por la privación de
libertad a la que se va a ver sometido.
Al mismo tiempo supone un cambio en todos los aspectos de la
vida de la persona que afecta tanto al individuo como a su familia.
Establecer una intervención planificada para llevar a cabo con la persona
afectada es fundamental para iniciar y llevar a cabo el proceso de
reinserción social.
La reinserción social de los condenados a penas privativas de
libertad es un mandato constitucional que queda de manifiesto en el
artículo 25.2 de la Constitución Española de 1978: “Las penas privativas de
libertad, deberán orientarse a la reeducación y reinserción social de los
penados”.
Imprisonment is a huge impact for a person, with key
factors like the break from the social and family context where he
or she has lived and the ignorance of the penitentiary model and
life in prison. This impact is also boosted by the deprivation of
freedom the individual must comply with.
Simultaneously, it is a change in all aspects of his or her
life, which affects both the individual and his or her family. The
establishment of a planned intervention to work with the
individual sent to prison is vital to begin and develop the social
rehabilitation process.
Social reintegration of individuals sentenced with liberty
deprivation is a must according to the Spanish Constitution (from
1978), article 25.2: "deprivation of liberty sentences will be aimed
at re‐education and social integration".