La UNESCO presentó un informe en el año 1967 que se intitulaba La
crisis mundial de la educación (Coombs, 1971). Aquel texto denunciaba una
crisis educativa de alcance planetario. De esto, hace ya más de treinta años
y, sin embargo, no se puede decir que hayamos salido de la crisis ni que
ésta haya aminorado en ninguna zona del mundo. La tensión hacia el cambio
en la educación es muy fuerte, en los contenidos , en los métodos, en las
tecnologías, en la mentalidad de los estudiantes, en las exigencias del
entorno. Lo cual crea incertidumbres, indefiniciones y, en suma, malestar.
Los medios de comunicación, por su lado, viven su propia crisis. En la
última década han sufrido los cambios de mayor importancia de toda su
existencia: Internet, las telecomunicaciones, la digitalización de la información,
la globalización. Desde un punto de vista cultural, tales transformaciones
están suponiendo alteraciones más graves que las que originó en su
día el desarrollo de la imprenta. Nos recuerdan, de alguna manera, la revolución
que la invención de la escritura introdujo en las formas intelectuales de
la humanidad: una revolución global que trastoca los límites de la subjetividad,
lo público, lo privado, la libertad y el control.
UNESCO gave a report titled The Global Learning Crisis in the 1967 (Coombs, 1971). That text reported a worldwide educational scale crisis. It has been more than thirty years and, however, it cannot be said that we have got out of this crisis, and neither that it has reduced in any part of the world. The tension towards change in education is very strong in contents, methodology, technologies, students’ thinking, or the demands of environment. This creates uncertainties, lack of definitions, and, in sum, discomfort. Media, on their side, live their own crisis. In the last century, they have suffered important major changes from their entire existence: the internet, telecommunication, digitalization of information, globalization. From a cultural point of view, such transformations suppose more severe alternations than those originated by the printing press in its days. Somehow, they remember us the revolution that the invention of writing introduced in the intellectual forms of humanity: a global revolution which disrupts subjectivity limits, as well as public, private, freedom and control limits too.