El análisis de la criminalidad de la empresa requiere de una distinción importante a la hora del
establecimiento de los distintos sistemas de control que pueden implementarse, en aras de la detección y prevención delictual, con independencia de su interrelación aplicativa. De ahí, que podamos distinguir una criminalidad ad intra o intraempresarial, que atenta contra bienes jurídicos de la propia empresa, de aquella que tiene como objetivos los bienes jurídicos de terceros, también conocida como criminalidad ad extra. Dentro de la criminalidad intraempresarial es necesario distinguir, atendiendo al sujeto activo,
aquella que comete cualquier subordinado o empleado (como puede ser un delito de daños o de hurto),
de aquella que es cometida por personas que poseen cargos con responsabilidad, en clara alusión a los
directivos, en quienes se concentran las facultades de decisión y disposición de los intereses de la empresa.
Si bien los instrumentos de control por posibilidades delictivas cometidas por los inferiores en la escala jerárquica
dentro de la estructura empresarial pueden implantarse bajo la cobertura de la relación laboral,
cuando tratamos de expectativas delictuales que propician los propios directivos de la corporación, tales
instrumentos de fiscalización adquieren cierta complejidad en su mayoría ineficaces, ante una subcultura
empresarial legitimadora y los vericuetos derivados de la delincuencia económica.
The analysis of the criminality of the company requires an important distinction at the time of
the establishment of the different control systems that can be implemented, for the sake of the detection
and prevention delinquent, regardless of its interrelation application. Hence, we can distinguish an ad
intra or intrabusiness criminality that violates the legal property of the company itself, which aims at the
legal assets of third parties, also known as ad extra criminality. Within the intra-enterprise criminality, it is
necessary to distinguish according to the active subject, that which can be committed by any subordinate
or employee (such as a crime of damage or theft) of that which is committed by persons who have charges
with responsibility, in clear allusion to the directors, in which the faculties of decision and disposition of
the interests of the company are concentrated. While the instruments of control for criminal possibilities
committed by the inferiors in the hierarchical scale within the business structure can be implanted under
the coverage of the employment relationship, when we try to criminal expectations that promote the executives
themselves of the corporation, such control instruments acquire some complexity mostly ineffective,
before a legitimizing business subculture and the byways derived from economic crime.