La competencia crítica es necesaria para todos
en nuestras sociedades multicomplejas y
cambiantes como las nuestras; sin embargo, en
determinados perfiles profesionales no resultaría
saludable desarrollar programas de aprendizaje
de dicha competencia sin el desarrollo de programa
complementarios que refuercen el bienestar
de dicho profesional. En el presente artículo se
hace una reflexión e investigación acerca del importante
papel que desempeña el pensamiento
crítico en la profesión de educación social. Para
ello, se hace un estudio de las creencias que una
promoción de 35 educadores sociales en formación
de la Universidad de Huelva tiene acerca del
pensamiento crítico, de sus características, componentes
y consecuencias para el propio bienestar
subjetivo. Se utiliza un diseño de investigación
mixto de carácter descriptivo-correlacional y cualitativo
mediante análisis de contenidos de grupos
focales. Ser competente críticamente para un
educador social es sobrevivir a ese proceso de crítica
que sin duda alguna es necesario para mejorar
nuestras sociedades, sin conllevar un desgaste
que termine por inhabilitar un recurso importante
y fundamental para el cambio.
Critical competence is necessary for everyone
in our multicomplex and changing societies;
however, in certain professional profiles it
would not be healthy to develop learning programs
for this competence without the development
of complementary programs that reinforce
the well-being of this professional. In this
article a reflection and research is made about
the important role that critical thinking plays in
the profession of social education. For this purpose,
a study is made of the beliefs that a group
of 35 social educators in training at the University
of Huelva have about critical thinking, its
characteristics, components and consequences
for their own subjective well-being. A mixed
descriptive-correlational and qualitative research
design is used through content analysis
of focus groups. To be critically competent for
a social educator is to survive the critical process
that is undoubtedly necessary to improve
our societies, without leading to a wear and tear
that ends up disabling an important and fundamental
resource for change.