La llegada inesperada del coronavirus ha supuesto una disección al sistema educativo, permitiéndonos observar los aciertos que existen en su obrar, pero al mismo tiempo los errores y deficiencias que conducen a la larga hacia un empobrecimiento de la sociedad.
La evidencia disponible sobre las consecuencias educativas de las pérdidas de clases es abundante y mitigar el impacto educativo por el coronavirus requerirá mucho esfuerzo por parte de todos.
En este artículo realizamos una reflexión sobre las carencias y retos que han quedado al descubierto a partir de la llegada del COVID-19 y que han de centrar los esfuerzos de gobiernos y familias para conseguir una educación más adaptada con las demandas de nuestro tiempo