Se evaluó la eficacia de un programa de intervención grupal para
la disminución de problemas psicológicos de familiares que conviven con
pacientes con trastorno mental grave. Participaron ocho madres y un padre
cuyos hijos recibían tratamiento en un Hospital de Día de Salud Mental. Se
les aplicó el “Inventario de ansiedad de Beck”, el “Inventario de depresión
de Beck-II”, la “Escala de estrés percibido”, el “Cuestionario de salud SF-
36”, el “Inventario de estrategias de afrontamiento” y el “Inventario de
aserción”. Asistieron a 20 sesiones de tratamiento psicológico grupal, basado
en la aceptación y el desarrollo de competencias. Tras la intervención,
los participantes disminuyeron significativamente el nivel de depresión, aumentaron
la conducta asertiva y el uso de estrategias de afrontamiento
orientadas a la solución de problemas. Los familiares valoraron el programa
como útil, aplicaron lo aprendido en su vida cotidiana, disminuyeron los niveles
de malestar psicológico y la mayoría realizó acciones en la dirección de
lo que valora en su vida. En conclusión, el programa fue eficaz para disminuir
la depresión en los familiares y aumentar estrategias de afrontamiento
adaptativas. No obstante, son necesarios más estudios para superar algunas
limitaciones como el tamaño de la muestra y la ausencia del grupo control.
The effectiveness of a group intervention program to reduce
psychological problems in relatives living with patients with severe mental
disorders was evaluated. Attended eight mothers and one father whose
adult children were receiving treatment in a Mental Health Day Hospital.
They followed the Beck Anxiety Inventory, the Beck Depression Inventory-
II, the Perceived Stress Scale, the SF-36 Health Survey, the Coping
Strategies Inventory, and the Assertiveness Inventory. They attended 20
sessions of group psychological acceptance and development of skillsbased
treatment. Following the completion of the program, the level of depression
in the parents decreased significantly, assertive conduct increased,
as did the use of coping strategies aimed at the solution of problems. The
relatives rated the program as useful, applied what they have learned to
their daily lives, decreased the levels of psychological discomfort, and the
majority applied what they have learned to what they value most. Concluding
the program was successful in decreasing depression among patients’
relatives and in increasing their adaptive coping skills. Nevertheless, more
studies are needed in order to overcome some limitations such as the size
of the cohort and the lack of a control group.