El artículo se centra en las demandas por incumplimiento de palabra de casamiento en la Andalucía occidental de los siglos XVII y XVIII, que eran presentadas ante la Justicia arzobispal, en las que la mayoría de querellantes son mujeres, al igual que en los casos de divorcio, pues veían peligrar su reputación en caso de abandono. Al contrario de lo que pudiera parecer, aun siendo cierto que las mujeres eran las principales víctimas de violencia física o verbal, en muchas ocasiones la posibilidades de éxito masculino eran menores a lo esperado, pese al sistema patriarcal de poder imperante.