El preocupante deterioro del medio ambiente, que ha llevado a los científicos a hablar de un auténtico riesgo de Apocalipsis ecológico, es uno de los fenómenos más importantes en el origen actual de los desplazamientos humanos. Procesos como la deforestación; la desertización; el calentamiento del planeta como consecuencia de los gases de efecto invernadero; los niveles de contaminación del agua, aire, tierra y seres vivos; los grandes trastornos en el equilibrio ecológico de la biosfera; los modelos de producción y consumo insostenibles; los accidentes industriales o las catástrofes naturales en forma de inundaciones, ciclones o terremotos comienzan a ser alarmantes. Si, además, los relacionamos con el continuo crecimiento de la población mundial, nos encontramos con un ecosistema que pone en peligro la calidad de la vida humana sobre la tierra y, en consecuencia, grandes masas de población que abandonan su hábitat natural, ya sea en el interior de sus países o cruzando fronteras internacionales, en busca de un medio donde vivir. Esta última clase de personas contribuye a identificar una nueva categoría de desplazados que ha venido a denominarse “refugiados medioambientales”.