Bioerosion trace fossils can shed light on the ecological interactions
between species. Here we describe an unusual case of bioerosion on a
turtle carapace of Hispaniachelys prebetica from the Oxfordian (around
155 Ma, Upper Jurassic) of the Prebetic (Betic Cordillera, South Spain).
The specimen was found in a limestone bed of a marl-limestone
rhythmite. Morphological analysis of the bioerosive structures reveals
the dominance of epigenic traces produced by the grazing activity
of regular sea urchins (ichnospecies Gnathichnus pentax). No other
bioerosion structures are present. From an ethologic point of view
only epigenic traces (pascichnia) are present. Gnathichnus pentax
records short-term bioerosion produced exclusively on the carapace
before its burial. The ichnological assemblage recorded herein typifies
the Gnathichnus Ichnofacies. The carapace was the most favourable
hard substrate for grazers in comparison to the surrounding muddy
soft bottom. The carapace was oriented convex-down when found in
the rock. Therefore, pascichnial activity probably occurred early after
the death and accumulation on the sea floor of the turtle remains,
but before the carapace was overturned by large scavengers. The low
degree of fragmentation and the low dispersion of skeletal components
indicate a low-energy environment and early burial in the sea bottom.
Las pistas fósiles de bioerosión son una herramienta útil para
interpretar las relaciones ecológicas entre especies. En este trabajo se
describe un caso poco habitual de bioerosiones en un caparazón de
tortuga (Hispaniachelys prebetica) del Oxfordiense (Jurásico superior,
hace aproximadamente 155 Ma) del Prebético (Cordillera Bética, S
España). El especimen fue hallado en un banco calizo en una ritmita
margoso-calcárea. El análisis morfológico de las estructuras bioerosivas
revela la presencia de numerosas pistas epigénicas producidas por
organismos raspadores, concretamente erizos regulares (ichnospecie
Gnathichnus pentax). Gnathichnus pentax registra periodos cortos de
bioerosión producidos exclusivamente sobre el caparazón previamente
a su enterramiento. La asociación registrada tipifica la icnofacies de
Gnathichnus. El caparazón fue el sustrato duro más favorable para
los erizos irregulares raspadores en comparación con el fondo blando
circundante. El caparazón se encontró en el afloramiento en posición
invertida dentro de la capa caliza. Así, la colonización del mismo
probablemente ocurrió en una fase temprana, tras la muerte del
organismo y su acumulación en el fondo, pero antes de que el caparazón
fuera girado a una posición invertida, probablemente por la acción de
grandes carroñeros. El bajo grado de fragmentación y la escasa dispersión
de los elementos del esqueleto apuntan a una baja energía en el medio
así como un enterramiento relativamente rápido.