El trabajo que aquí presentamos se enmarca en el grupo de investigación Técnicas
de Investigación y Desarrollo Económico (TIDE) de la Universidad de Huelva, el cual
desde su creación centra gran parte de su labor investigadora en ámbitos locales, principalmente
en los aspectos teóricos y metodológicos de la investigación socioeconómica
local.
Cabría destacar así cómo la fragmentación socio-económica se manifiesta claramente
en una parcelación territorial, de forma que el territorio se define por la confluencia
de lo físico, social y económico. Esta parcelación se corresponde con la
existencia de “zonas laborales” en el interior de la ciudad como consecuencia de la
diferente posición de partida y diferentes estrategias de movilización laboral. Una
importante consecuencia de todo esto es que señala la conveniencia de que la dimensión
territorial sea considerada a la hora de diseñar la política laboral, fundamentalmente
en lo que se refiere a las políticas activas de empleo (o políticas de inserción
laboral). Toda actuación encaminada a mejorar las empleabilidad de los individuos sólo
cobrará todo su sentido si va acompañada de actuaciones que incidan sobre su entorno
socio-económico, al menos, en un doble sentido. En primer lugar, teniendo como objetivo
la disminución de las diferencias territoriales en un mismo entorno urbano. En
segundo lugar, dirigiéndose a reducir el impacto que la pertenencia a una zona urbana
desfavorecida tiene sobre el itinerario laboral del trabajador desde el momento en que
se configuran las condiciones de partida. Sólo el objetivo conjunto (individuo–entorno)
aportaría alguna garantía de éxito sobre la inserción laboral y una mayor igualdad de
oportunidades.