El dispositivo de la identidad ha sido uno de los elementos más característicos de la modernidad. Consistente en la segregación del cuerpo social en grupos diferenciados por atribuciones de clase, género, raza, etnia, edad, etc., los cuerpos fueron clasificados jerárquicamente respondiendo a una economía política ligada al desarrollo del capitalismo. Pero lo más característico del dispositivo de la identidad es que no funciona desde una exterioridad que impone, sino desde una apropiación del propio dispositivo por parte de los cuerpos (convertidos en sujetos) encaminada a la diferenciación y al reconocimiento social. El Trabajo Social, como sujeto profesional, no está exento de este discurrir histórico y en los últimos años podemos observar cómo en el Estado español ha ido ganando poder social gracias a una serie de estrategias identitarias. Quizás, por el camino se hayan perdido buena parte de los valores que supuestamente identifican al propio Trabajo Social.____________________________________________The identity device has been one of the most characteristic elements of modernity. Based on the segregation of the social body into different groups according to class, gender, race, ethnicity or age attributions, bodies were hierarchically classified answering to a political economy linked to the development of capitalism. But the most characteristic aspect of this identity device is that it doesn’t operate from an imposed exteriority but from the incorporation and appropriation of this device by the bodies (turned into subjects) designed for social differentiation and recognition. Social work, as a professional subject, is not detached from the passing of history and in the last years the Spanish State has gained social power due to several identity strategies. It is possible that some of the main values that supposedly identify Social Work have been lost in the way.