En el presente trabajo analizamos la figura de “uno de los primeros conquistadores”,
como él mismo se autodenomina, al que incluimos dentro de esa línea protoarbitrista que
iniciará su escalada a partir de mediados del siglo XVI, ya que refleja en su amplia y continuada
secuencia epistolar características de los seguidores de dicha escuela político-económica.
Notificó sobre innumerables asuntos, problemas y personajes que consideró dignos
de mención, tratando además de dar los “remedios y soluciones” que creía convenientes
para ello, algo tan típico dentro de esa tendencia.