En este ensayo me interesa reflexionar sobre la potencia éticopolítica
que puede asumir el discurso crítico de las ciencias sociales y humanidades
en relación con el arte de las mujeres desplazadas cuyos cuerpos
marcados soportan el peso histórico de las violencias que sellan con
su rúbrica indeleble el sexismo, el racismo y el clasismo. ¿Cómo es posible
pensar en el entremedio de las categorías de “lo bello” y “lo efímero” el
agenciamiento de las mujeres que son testigos de la experiencia traumática?
¿Pueden nuestras disciplinas agrietar horizontes discursivos de justicia
simbólica?. Me interesa trabajar desde la posición del “Tercer Feminismo”
–que sobrevuela la dicotomía geopolítica imperialista Norte/Sur cuestionando
las bases orientalistas de la “retórica salvacionista” (Bidaseca, 2010;
2012; 2014)– la tesis del «exilio» de las mujeres del mundo, inspirándome
en el arte de la artista cubana exiliada Ana Mendieta. Escultora, pintora y
videoartista cubana desplazada a los Estados Unidos murió de forma trágica
arrojada desde el balcón desde un edificio después de un riña con su
pareja, el pintor minimalista Carl André, el 8 de septiembre de 1985.
In this essay I care to reflect on the ethical policy that can assume
the critical discourse of the social sciences and humanities in relation
to the art of displaced women whose bodies marked power support the
historical weight of the violences (the sexism, racism and classism). How
can think in between the categories of “beauty” and “ephemeral” the agency
of women who witness traumatic experience? Can our disciplines crack discursive horizons of symbolic justice?.
I like working from the position
of “Third Feminism” over the imperialist
geopolitical dichotomy North /
South questioning the foundations
of Orientalists “Salvationist rhetoric”
(Bidaseca, 2010; 2012; 2014).
The thesis of “exile” of women of the
world, drawing inspiration from the
art of exiled Cuban artist Ana Mendieta.
Sculptor, painter and video
artist Cuban died tragically thrown
from a building after a discussion
with her partner, minimalist artist
Carl Andre, the September 8, 1985.