Los DCB y los libros de texto al uso normalmente “enseñan” al alumno/a a “leer” imágenes. El mismo concepto de “lectura de imágenes” presupone que las imágenes poseen unos contenidos fijos y que el papel del alumno es el de decodificador. Pero esto no es así. Los Estudios de Cultura Visual muestran que las imágenes son muy complejas, y que sus significados y sentidos son continuamente renegociados a nivel social e individual (es decir, que no hay una interpretación “correcta”, sino posibles interpretaciones, más o menos válidas según su fundamentación). Se puede objetar que hay un “mensaje” original, el que el autor y/o sus comitentes quisieron representar. Pero incluso esto es inexacto, ya que las imágenes contienen mucho más que un mensaje (por ejemplo información sobre las políticas de poder que las generan/mantienen, sobre los imaginarios que subyacen en ellas, sobre la visualidad que las hizo posibles, etc.).